24 de marzo

Hace más de cuarenta años me compré el primer LP de Johnny Cash. Siempre me he preguntado por qué me gustaba escuchar a Johnny Cash. 

Hace un par de meses me compré una biografía sobre él escrita por Robert Hilburn.

Como ahora hay tiempo para casi todo, de vez en cuando leo un poco y me doy cuenta de la personalidad tan compleja que tenía, de los problemas que le causaron su adicción a las anfetaminas , de la voz tan portentosa que tenía, de lo perseverante que era , de lo desconocido que es para nuestra cultura y del desconocimiento que él tenía de todo aquello que no fuese "su cultura" americana.

Hoy, en estos momentos, estoy escuchando el LP "Orange Blossom Especial".

Me han llamado la atención varios "cortes" el primero y el tercero, los que más me han gustado, el quinto por ser una versión de una canción de Dylan que yo siempre había escuchado más en las voces de Peter , Paul & Mary y el último por qué es un guiño a las profundas convicciones religiosas de Cash.
Aunque de la mayoría de las canciones Cash no es el autor él  eligió con mucho cuidado las que iba a incluir.

Me dispongo ahora a escuchar :  "Bitter Tears: Johnny Cash Sings Ballads Of The American Indian"

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En el año dos mil veinte ,
próximo a la primavera,
cuando la gente contenta
fraguaba ocio , salidas , trompetas...
De pronto irrumpe un intruso,
algo fiero y microscópico,
que alerta a la humanidad
incrustando un miedo fóbico.

Esto me hace recordar
las palabras de mi padre
que en la contienda del treinta y seis,
vivió algo comparable.

"Que nunca tú vivas esto",
eran esas sus palabras
y nunca pensaba yo
vivir cosas tan macabras.

Sacaremos bueno y malo,
son las cosas de la vida,
lo peor serán las muertes
que quedarán en la huida.

Asustan las prohibiciones,
la alerta, ese gran silencio,
incomunicación , confiscaciones,
ABRAZO ,¡ahora sí que te aprecio!

Úbeda 23 de marzo de 2020

           (M.D. G. M.)

 El sábado 14 de marzo
No fue un sábado cualquiera
Pedro Sánchez y su gobierno
Declaran una alarma pasajera.

No sé si pasajera, lo que si sé, 

es que incomoda a cualquiera, 

aunque como civilizados ciudadanos, 

haremos todo lo que se pueda. 

Virus intruso

venido de fuera,

enseguida el mundo

perderte quisiera.

Naturaleza perfecta. 

Naturaleza equilibrada.

Nuestra mala gestión, 

la devuelves multiplicada.

Con esto del coronavirus

ella se ha tomado un respiro

ojalá que cuando de esta salgamos

alguna lección hayamos aprendido.

( Antonio , Juan Miguel , Pepe)

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Ayer iba de "cruceiro" y hoy de robo en el mercado :

 

"El ladrón de naranjas" de "El señor del cero" de  María Isabel Molina
	La habitación destinada a clase era cua­drada, grande y estaba encalada. Un par de ven­tanas estrechas y veladas con celosías comunica­ban con la calle. En el centro de la sala, el techo se elevaba en una cúpula rodeada de ventanas que formaban una gran linterna y por las que siempre pasaba el sol que iluminaba toda la sala. Por un lateral, se abría sin puertas a un patio grande, bañado por el sol con dos naranjos y dos limoneros algo escuálidos y una fuente que bor­boteaba en el centro. El suelo era de barro rojo y los mucha­chos se sentaban en hileras, con las tablillas ante ellos; eran ya adolescentes y atendían silenciosos al maestro, que llevaba un turbante oscuro como signo de su categoría y paseaba entre las filas de los chicos, mientras dictaba. —Tomad notas si lo necesitáis. En cuanto alguno tenga la solución, que levante una mano Tendrá un punto extra para la nota final. Por su­puesto, sólo cuentan las soluciones exactas. Empezó a recitar: Un ladrón, un cesto de naranjas, del mercado robó, y por entre los huertos escapó; al saltar una valla, la mitad más media perdió; perseguido por un perro, la mitad menos media abandonó,- tropezó en una cuerda, la mitad más media desparramó; en su guarida, dos docenas guardó. Vosotros, los que buscáis la sabiduría, decidnos: ¿cuántas naranjas robó el ladrón?
Los muchachos agacharon la cabeza so­bre sus tablillas; muy pronto, un chico moreno, de pelo rizado, levantó la mano. El maestro preguntó: — José, ¿cuál es el resultado? — Ciento noventa y cinco naranjas, señor. — Está bien. Los demás, guardad el pro­blema para resolverlo en casa. Ya conocéis la so­lución.

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Ayer puse cinco canciones ( a las que llamé Canciones A) atendiendo fundamentalmente al plano musical y olvidando las letras.No sé lo dificultoso que fue dar con ellas. Hoy ya he puesto la playlist entera para , quien quiera ,poder escucharlas.,
Ya sé, alguien me va a decir que no puede oírlas porque están en "deezer". Están en esta plataforma porque tiene las mismas ventajas que si la hubiese puesto en "spotify" y evita algunos inconvenientes.

Nuevas canciones :

Recuerdo una de las actividades que hacía con mis alumnxs. Les pedía que cerraran los ojos, que se concentraran y que escucharan con atención los instrumentos que iban apareciendo. Lo hacíamos varias veces hasta identificar la mayor cantidad de instrumentos posibles. Charlábamos sobre lo que habíamos escuchado y después cada cual , si le apetecía escribía en su blog lo que había sentido al escuchar.

Recuerdo que lo hicimos una vez con "Azul para Amparo" de Charlie Musselwhite.

Podemos empezar haciéndolo sobre la primera canción de ayer

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 Preguntas :

• ¿Cuántos cuadros hay?
• ¿Quiénes son sus autores?
• ¿Cómo se llaman?
• ¿Dónde están?
• ¿Qué opinamos?

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Los mirlos hoy : 

¡¡Hoy no están!!

Ayer por la tarde ya me extrañó no oírlos. Como ya era de noche no quise mirar.

Esta mañana he pensado que por alguna causa los padres podían haberlos abandonado porque no se oían. He mirado y me he encontrado una gran sorpresa.

¡¡No hay polluelos pero han dejado dos huevos sin eclosionar!! Los padres se han llevado a las dos crías a otro lugar que consideren más apropiado. 

¡Me ha dado disgusto, ya les había cogido cariño y tenía ilusión por verlos crecer!

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