Toda la vida (salvo el año de la "mili") marcado por el calendario escolar.
Los años de jubilación escapan a este calendario pero mi cerebro no se ha acostumbrado del todo a olvidar el uno de septiembre.
He hablado a veces con algunos compañeros y amigos de profesión sobre la "aberración" que a mi entender supone este calendario.
Justificaciones y razones hay para todo, lo importante es saber qué vamos a justificar y después es cuestión de buscar los argumentos que apoyen nuestro punto de partida.
Podemos decir que las vacaciones de verano son excesivas o que no son tanto como la gente dice. Ahora que estoy fuera del sistema educativo , pero que lo conozco perfectamente puedo argumentar en un sentido o en otro. Lo importante va a ser la solidez de esos argumentos.
Lo primero que hay que diferenciar claramente es el tiempo vacacional del profesorado y del alumnado. Un plato lleno de dulces puede ser insuficiente para un glotón o una montaña de alimentos difícil de superar para un desganado.
Por eso empezaré por el tiempo vacacional del alumnado.
El primer día del curso escolar será el 10 de septiembre y aparte de que la entrada puede ser flexible será una mera toma de contacto . saludos , charlas , referencia a las vacaciones ,... Esto (copiar horarios , listas de material , presentación de profesorado especialista ,... ) puede durar varios días .
Al final de la primera semana es posible que comencemos a "recordar" porque habremos de hacer la "evaluación inicial".
Cuando vemos los resultados de la evaluación inicial ( a principios de octubre) comprobamos que el nivel que tiene el alumnado está por debajo del que tenía al final del curso anterior.
El final del curso anterior fue el día 21 de junio aunque sabemos que la última semana la dedicamos a preparar y realizar actividades propias de fin de curso y las "actividades regladas" quedan un poco al margen. Casi podría asegurarse que el último día efectivo del curso fue el día catorce (¡en algunos casos es posible que incluso fuese antes!).
Perfectamente se puede comprobar que el alumnado ha tenido ¡tres meses! de vacaciones.
¡Volver a coger el ritmo adecuado después de tres meses inactivo o al "ralentí" va a costar trabajo!
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