Si naces en Cádiz es normal que te sientas carnavalero. Lo mismo puede sucederte si naces en Almonte , en Pamplona , en Sevilla ...... Te va a ser muy complicado no ser rociero , taurino o capillita.
El lugar y la familia en que nacemos , el ambiente que te rodea, determinan mucho tu forma de ser.
Normalmente no nos cuestionamos , porque no tenemos capacidad , no es el momento oportuno , no sabemos que hay que hacerlo ,.... si nuestros comportamientos que siguen a todo cuanto nos rodea cumplen con unos básicos códigos de comportamiento ético y lo primero que se nos ocurre para justificar nuestros actos es decir : "no será malo si siempre se ha hecho así" o "eso no le hace daño a nadie".
Desde hace cientos de años , milenios , decenas de miles de años ,... la humanidad ha ido interiorizando ciertos comportamientos que analizando fríamente no puede decirse que sean inócuos. Pero no todos los humanos , yo diría que muy pocos, son capaces de reflexionar sobre la bondad o maldad de determinadas actitudes y menos aún quienes optan por cuestionarlas y cambiarlas.
Adrede estoy siguiendo una de estas pautas que habitualmente no nos cuestionamos, somos pocos los que lo hacemos y menos aún los que lo consiguen. Me refiero al uso adecuado del lenguaje.
Parecería que me estoy refiriendo a los hombres de este mundo y no a las mujeres. Muchas de las personas que hayan llegado hasta aquí leyendo no habrán sido conscientes de ello porque lo consideran normal , es lo habitual, porque está recogido por la Real Academia de la Lengua , por que no queda bien escribir "tod@s" o "todxs" (¡no hablemos ya de "todes"!) porque es un latazo escribir continuamente "todos y todas" porque si escribo solamente "todas" (refiriéndome a las personas) va a haber gente que no se dé por aludida.
Pero sí que nos han hecho ver que es muy importante el uso adecuado de las palabras para que todo el mundo se sienta incluido. Aunque . creo , es verdad que las palabras no tienen que llevar intríseca ni necesariamente connotaciones de odio , de maldad , de falta de respeto , sí que es verdad que , a veces, las palabras se lanzan con el ánimo de hacer daño , de insultar.
La sociedad , la educación , el entorno , .... y tantas y tantas otras cosas que podrían añadirse, han hecho que se nos haya educado viendo normal el azul y el rosa , el ceder el paso , los tirabuzones y los lacitos , el contener el llanto , la rudeza , ... Y más aún, puede haber muchos comportamientos que unas personas consideren machistas y otras no , o que sea prácticamente imperceptibles.
Se dan muchos casos de hombres (bastantes entre docentes) que saben que han tenido que recibir una educación sesgada, que analizan sus comportamientos para evitar los inadecuados y potenciar los correctos , que han hecho , hacen y harán todo cuanto esté de su mano para fomentar la igualdad entre hombres y mujeres , entre niñas y niños, que, por encima de todo, tratan de ver PERSONAS y valorar a cada cual en su justo término.
Y de pronto....alguien les golpea en plena cara , como si lo hiciese con un bate de beísbol, ¡¡MACHISTA , QUE ERES UN MACHISTA!!
Quienes lanzan esa palabra (¡¡MACHISTA!!) lo hacen a sabiendas de su contenido despectivo, la lanzan como insulto y lo hacen a quienes saben que les hace más daño, a aquellos que tratan de superar ese estigma. Sí , me lo han confirmado , me han dicho que efectivamente es así.
La palabra MACHISMO tiene connotaciones negativas , para todo el mundo , para quienes lo sufren, para quienes lo niegan, para quienes le restan importancia , para quienes lo utilizan como arma de ataque , .... Excepto, quizás , para quienes no han oído hablar nunca de él (¿es posible eso?).
Desgraciadamente hay muchas personas que sienten la palabra FEMINISMO como la opuesta (que no lo es) a MACHISMO.
Quizás por eso habría que buscar una palabra de consenso : IGUALITARISMO.
